Según trascendió, uno de los agentes trabajaba en la División Motorizada de Ezeiza y el otro en el mismo grupo pero de la Matanza.
Los oficiales quedaron complicados luego de ser encontrados con una moto que tenía pedido de secuestro. La causa quedó caratulada como “encubrimiento agravado” por ser empleado policial.
El operativo de control vehicular se hizo sobre las calles 165 y 28, en Berisso, donde llamó mucho la atención que dos efectivos, que cumplen funciones en el Conurbano bonaerense, circularan con ese rodado, del que no pudieron dar demasiadas explicaciones. La moto era marca Yamaha y había sido denunciada como robada en el partido de la Matanza.
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