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A días de que el presidente Javier Milei visite al papa Francisco en el Vaticano, un grupo de diputados y diputadas de LLA presentó un proyecto para derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, sancionada tres años atrás por el Congreso.
La iniciativa pretende modificar el Código Penal en relación a los abortos legales que existen en el país desde 1921, al quitar ese derecho a niñas, mujeres y personas con capacidad de gestar que enfrenten un embarazo forzado, producto de una violación o abuso sexual. Solo permite el aborto cuando haya “peligro inminente” para la vida de la mujer, colocando a la Argentina entre los países con legislación más restrictiva. Además, aumenta las penas de prisión para quienes se sometan a un aborto voluntario y para quienes lo realicen y deroga las penas vigentes para los funcionarios públicos que obstaculicen las prácticas.
El proyecto, que lleva la firma solo de legisladores y legisladoras oficialistas, quita además el lenguaje inclusivo de la redacción vigente y la figura de persona gestante que incluye a los varones trans como sujetos de derecho que pueden requerir un aborto. Ningún diputado o diputada de otra bancada acompaña a la iniciativa.
Lo presentó Rocío Belén Bonacci, de 27 años, electa por Santa Fe, una joven que en campaña dijo que la política “no es algo que me gusta” y se definió como “la voz de los jóvenes trabajadores” a los que “nadie les regala nada” y contó que es podóloga pero antes de asumir se desempeñaba como manicura, entre 8 y 12 horas por día. La acompañan con su firma el presidente de la bancada libertaria, Oscar Zago, junto a Beltrán Benedit, María Fernanda Araujo, Lilia Lemoine y Manuel Quintar.
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